Habitación del ama de llaves

Objetos en la habitación

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para niños

La habitación del ama de llaves

El ama de llaves, normalmente una mujer de edad más avanzada, era una profesional valorada y con experiencia. Al ser la criada más importante de la casa, entre las mujeres, podía disfrutar de su propia habitación para su comodidad y privacidad. Aquí es donde organizaba todos los asuntos de la casa y pagaba facturas. El resto de los criados no solían entrar en la habitación. El ama de llaves también comía en esta habitación en vez de compartir mesa con el resto de los criados en el salón de los criados.

El ama de llaves

Su salario era de unas 15 £ anuales (1308 £ hoy en día), pero también recibía una asignación extra para té y azúcar. El ama de llaves era la responsable del buen funcionamiento de la casa: supervisaba al resto de las criadas, encargaba los bienes necesarios, se aseguraba de que los armarios estuvieran llenos y custodiaba las llaves de la casa. La señora confiaba en su ama de llaves para que se cumplieran todas sus normas y órdenes.

Dormitorios de los criados

No podemos mostrarle ningún dormitorio de criados, pero sabemos que los criados y las criadas dormían separados y, si había suficiente espacio, hasta en zonas diferentes de la casa. Creemos que la criada de la trascocina dormía en la trascocina y el lacayo tenía una habitación en lo que hoy conocemos como el salón de los criados. Había otras habitaciones para los criados en el piso superior. No están abiertas al público; son las oficinas de nuestros empleados, ¡una especie de criados modernos!

La doncella del piso superior

Las familias más adineradas contrataban a criadas por 2-5 £ al año (174-436 £ actuales). Debían limpiar, hacer las camas, coser y zurcir sábanas y otra ropa blanca. Su jornada empezaba muy temprano limpiando las chimeneas y encendiendo el fuego. Luego abrían las contraventanas, sacudían las alfombras, barrían las moquetas, sacaban el polvo, limpiaban los espejos, ponían agua a hervir y la llevaban a las habitaciones, todo eso antes del desayuno. Cuando la familia bajaba, abrían las ventanas y aireaban las camas para evitar las pulgas y bichos. Daban la vuelta a los colchones todas las semanas y sacaban el polvo de las camas y de las cortinas. Vaciaban los cubos de basura y los orinales. Por las tardes, remendaban sábanas y limpiaban y ordenaban las habitaciones para prepararlas para la noche. ¡Y ayudaban a los demás si era necesario!

Objetos en la habitación

El libro del ama de llaves

El Experienced English Housekeeper (La experta ama de llaves inglesa) de Elizabeth Raffald se publicó en 1769 y se convirtió en el manual de las amas de llaves y el libro de cocina más popular de la era georgiana. Como la mayoría de los criados no sabían leer, estos libros iban destinados al ama de llaves, que había recibido más educación que los criados de menor rango.

Fuelles

Conocido como “tubo de soplar”, este tipo de fuelle se usaba para reavivar las ascuas del fuego. La parte bifurcada se colocaba en la chimenea y se soplaba por la boquilla situada al otro extremo. Estos tubos de soplar a veces provenían de los cañones de fusiles de chispa.

Alacena

El ama de llaves mantenía cerrados con llave los armarios donde se guardaban la porcelana, las sábanas y los bienes no perecederos, tales como especias, jabón y velas. Aquí se pueden apreciar algunos elementos de nuestro servicio de postre Chamberlain Worcester, de aproximadamente 1795, y en navidades se exponen en el comedor. Este servicio de postre de 43 piezas se fabricó para Mr. A. Heathcote, del n.º 20 de Royal Crescent, Bath. El coste original fue de 32,60 £. En cada pieza se puede apreciar una escena diferente de las fábulas de Esopo, que fueron muy populares a finales del siglo XVIII.

Candelabros y velas

Los hogares usaban lámparas de aceite y velas como fuente de iluminación, por lo que garantizar un suministro constante de velas era una de las tareas importantes de los criados. En su manual para amas de llaves, Susanna Whatman explicaba que el ama de llaves debía enseñar a las criadas a llevar las velas bien derechas, lo que demuestra que comprendía muy bien que, si una de las velas se caía, podía provocar un incendio.

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