Parlour (Gran salón)

El parlour era una habitación menos formal, un espacio cómodo para las actividades diarias. Por ejemplo, aquí era donde esperaban los invitados antes de subir al piso superior, y también podían servirse el desayuno o cenas informales. La mesa podía plegarse cuando no se usaba.

La simetría era una característica vital de la arquitectura georgiana, ya que aportaba una sensación de orden y sobriedad a los espacios interiores. A menudo se añadían puertas falsas, como la de esta habitación, situada a la izquierda del escritorio, para “equilibrar” la habitación.

El protagonismo decorativo se otorgaba a las alfombras de moda de la época como la que tiene a sus pies. El sector de las alfombras británicas floreció, y este tipo de moqueta, que cubre todo el suelo hasta el rodapié, fue habitual hasta finales del siglo XVIII. Esta nueva moqueta estrecha al estilo Wilton fue fabricada especialmente para el parlour a partir de un diseño original del siglo XVIII.

Para finales del siglo XVIII se había impuesto este estilo de escritorios con estantería, donde se podía escribir cartas y atender asuntos de negocios, y que podía plegarse si no se usaba. Los escritorios y cajas de escritura portátiles también fueron muy populares, ya que podían colocarse sobre una mesa y resultaban muy útiles en los viajes.

Este es un retrato del famoso poeta georgiano que solía visitar a Ralph Allen en el parque Prior Park. La pintura muestra a Pope en una pose relajada y contemplativa, en vez de sentado y erguido, una pose más seria.

Otras de las fichas de entrada al teatro que se pueden observar son del Orchard Theatre (galería y patio de butacas). El teatro era muy importante en Bath, y tanto lugareños como visitantes intentaban asistir a las funciones. Las entradas podían ser costosas, como en los palcos, o más baratas, para ver la obra de pie. El teatro Bath Orchard Street abrió sus puertas a principios de la temporada de 1750 (a finales de septiembre).

Guide to all the watering and sea bathing places (Guía de balnearios y termas).

A medida que se iban descubriendo los beneficios de las aguas termales y los baños en el mar, se empezaron a publicar guías como esta. En ella se destaca el balneario de Bath como el spa por excelencia, lo que incrementó su popularidad como ciudad del bienestar.

En el siglo XVIII el té era un producto de lujo importado gracias al comercio colonial. Solo la señora de la casa, o quizá el ama de llaves de la casa de un hombre soltero, habrían tenido acceso a la llave. En navidades, la cajita se puede ver en el salón de retiro de las damas.